El Arte de la Pureza: Descubre el Valor de los Quilates en una Joya Publicado en: El cuidado de nuestras Joyas

El término “K” es la abreviatura de “karat”, una unidad de medida que indica la pureza del oro en una joya. A su vez, la palabra “quilates” se utiliza para referirse al peso de piedras preciosas como diamantes y esmeraldas, dos conceptos distintos pero igualmente esenciales en la joyería.

El oro puro, representado por 24K, es un metal de extraordinaria belleza, pero también demasiado maleable para la creación de piezas resistentes. Por ello, es necesario combinarlo con otros metales como plata, cobre o paladio, logrando así una mayor durabilidad sin perder su brillo y sofisticación.

Cuando una joya es de 18K, significa que el 75% de su composición es oro puro, mientras que el 25% restante corresponde a metales que refuerzan su estructura. Esta aleación ofrece un equilibrio perfecto entre lujo y resistencia, siendo una elección predilecta en la alta joyería.

En el caso de una pieza de 14K, el porcentaje de oro puro se reduce al 58.3%, complementado con un 41.7% de otros metales. Su tonalidad dorada es ligeramente más tenue, pero su dureza la convierte en una opción ideal para joyas de uso cotidiano.

Quilataje en Piedras Preciosas

Cuando se habla de piedras preciosas, el quilate es una referencia a su peso, donde un número mayor indica una gema más grande y, por lo general, más valiosa. Sin embargo, más allá de los quilates, factores como el color, la claridad y el corte influyen en su belleza y rareza.

En el mundo de la joyería, el equilibrio entre pureza, estética y durabilidad es clave al momento de elegir una pieza. Cada detalle cuenta en la creación de una joya que no solo adorne, sino que también cuente una historia de amor, lujo y distinción.